El modelo del cristianismo, tradicionalmente, ha
sido tener un "ministro" al frente que lo haga todo.
La historia de
la iglesia nos demuestra que este modelo ha sido nefasto, porque ha significado
la instauración de una casta sacerdotal, en desmedro de los demás hijos de
Dios.
La palabra de Dios es muy clara al incluir a todos
los creyentes como sacerdotes. Por tanto, todo hijo de Dios debe servir a su
Señor y Dios de acuerdo a lo que Él dice que somos.
Este libro pretende ayudar
a los hermanos para que encuentren su espacio para servir al Señor en la
iglesia, y, desde la iglesia, a una humanidad doliente, que necesita y clama
por ser aliviada de sus llagas.
Eliseo Apablaza Fuentealba
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